Féminas: visibilizando el talento femenino
Un par de semanas atrás tuvo lugar Féminas, un congreso internacional organizado por el grupo Vocento y el gobierno de Asturias (España), que por primera vez puso al centro de la reflexión a la mujer, la gastronomía y el mundo rural. Entre las protagonistas, una chilena: Victoria Blamey.
Por Pamela Villagra
Féminas 2021 ha sido un congreso revelador, diferente. No hubo grandes producciones audiovisuales ni puestas en escenas atómicas, más bien intimidad, profundidad en el diálogo y mucha cocina. Sienta un precedente para el futuro, en el que pesarán más el fondo que la forma.
Un espacio no solo necesario sino pertinente, en el que hemos hablado de transmisión cultural, de memoria histórica, de conciliación familiar, de recetarios y arraigo; de brecha de género, de la ruralidad como oportunidad de futuro, de talento.
Tres días intensos y emocionantes. Compartí con guisanderas asturianas, oaxaqueñas, portuguesas y confirmé que no hay nada más revelador que una cocinera tradicional contando historias y guisando en el fogón. Ellas, en cualquier latitud, son fuente de saberes y sabores determinantes en las vidas de sus comunidades, y su trabajo -muchas veces invisible- es fundamental para asegurar la seguridad y soberanía alimentaria en buena parte del planeta.
Narda Lepes, Leonor Espinosa, Lucía Freitas, Esther Manzano, Viviana Varese, Victoria Blamey, Elena Lucas desde las cocinas; Silvia García, Beatriz Pérez y María Jennifer Riesgo desde el vino; Sandra Manzano, Marián Martínez, Amaranta Rodríguez desde la sala; Lucía Velasco, Rita Míguez, Eva Sañudo desde el campo y el sector primario; fueron algunas de las voces de esta revolución silenciosa que ha dejado de manifiesto el rol de la mujer como garante de identidad, de patrimonio y de sostenibilidad.
Tres días en el que desde una colina de Asturias instalamos la necesidad de poner el talento femenino al mismo nivel que el masculino, vehiculando discursos y acciones que derriben la brecha de género existente, saldando -un poco- la deuda en cuanto inclusión que arrastra la alta cocina y de la que dependen tantos cambios en nuestra industria.
Salimos desde Féminas con el deber de contar historias inspiradoras sobre el trabajo de tantas mujeres ligadas a la alimentación, porque con historias transformadoras es que podemos buscar caminos que derriben las barreras con las cuales las mujeres nos encontramos a menudo en lo profesional. Es fundamental construir un sector más inclusivo, que haga una autocrítica en términos de contratación femenina, conciliación familiar, horarios, maternidad, estereotipos y que planifique acciones que promuevan el cambio. Estoy convencida de que es la única vía posible para lograr sociedades más humanas, saludables y sostenibles.