“D” de Dank Day (o 4/20, el día internacional del cannabis)

 

Por Isidora Díaz

Cuando la comida alimenta la felicidad

Cuando la comida alimenta la felicidad


Me acuerdo de la casa de Javito hace siete abriles, cuando catábamos la cosecha anual. Luego de hundirnos por horas en los sillones haciendo música, nos dio un hambre feroz.

Javito, que no panda el cúnico, a los 12 minutos –si es que–, volvió de la cocina con una de las preparaciones más ricas que he comido en la vida: una tortilla de arroz cargadita al ajo, crujiente por fuera y con el huevo aún “babé” en el centro, con harta pimienta recién molida y algo de queso rallado. Había sido hecha en un sartén de fierro, adivino que con la soltura del cocinero casero que tras mil bajones da con una receta maestra que necesita de lo mínimo para funcionar.

He comido en Noma y no he probado algo tan bueno y genuino como la tortilla de arroz sobrante de Javito. Atiné a tomar una foto, aunque está algo borrosa. Vamos a tratar que nos dé la receta.

Sepa Ud. que en California y Colorado [Estados Unidos] hay toda una escena de restaurantes en los que diferentes variedades de la planta, cada una con sus particulares aromas y efectos, se va entregando en concentraciones rigurosamente calculadas y armonizadas con la música y los sabores. Se logra un efecto sublime, dicen, en el que se alcanza al mismo tiempo la gloria gastronómica y la cannábica. Me encantaría experimentarlo.

Por mi parte, hoy disfruto mayormente de los efectos medicinales del cannabis. Con una cadera traicionera, el efecto antiinflamatorio del aceite de CBD (la parte de la weed que no vuela) es para mí muchas veces la única manera de seguir cocinando. Y las propiedades ansiolíticas del mismo compuesto posibilitaron que pudiera terminar mi tesis de magister el año pasado, en medio de una mudanza internacional, en medio de la pandemia.

La idea no es ensalzar aquí una planta que, mal procesada y mal utilizada, sí puede traer consigo efectos nocivos. Se trata de explorar sin prejuicios el potencial gastronómico y medicinal de una especie de milenaria tradición como planta funcional y recreativa.

¿Qué piensan ustedes?

Un cogollito final: no se pretende aquí promover el consumo de ninguna sustancia ilícita, sino que mostrar la potencial sinergia de una planta con el disfrute y la salud.

Anterior
Anterior

Un gran podcast para celebrar el Día de la Tierra

Siguiente
Siguiente

¿Cómo cocer piñones?